"No me toques!" Quería ella gritarle a la cara. Pero él no la estaba tocando, ni siquiera estaba cerca. De todas formas y con tan sólo palabras o acciones lograba hacerla sentir invadida... La invadía por dentro. Se sentía acorralada, acorralada y violada. Como si él poseyera algo de su interior que en realidad ella no quería darle. Y él, tonto y sin causa, ni siquiera notaba el tesoro que le robaba.
The Violet Rose,,
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