
Tal vez era cierto, y ella había muerto.
Ahora ya, solo por los sueños podrían verse.
De forma casi inhumana, todavía había una fantasía que las unía.
Sin tocarse ni besarse, sin mirarse ni saborearse. Las palabras eran lo único que las mantenían cerca, solo por ellas podían comunicarse, sumiso y sencillo, porque palabras cualquiera puede hacer llegar. De manera diferente al resto del mundo, lograban así hacerse sentir en brazos de la otra.
Sin tocarse ni besarse, sin mirarse ni saborearse.
Leyendo y escuchando, sabían, y aunque muriesen por negarlo, que aún sin tacto ni belleza visual había un sentimiento que no estaba dispuesto a morir a pesar del tiempo.
Con palabras sumisas y sencillas, quienes eran el porque de todo.
El entendimiento, la pasión que trasmitían y las rimas, sabían que decir para que todavía lograsen sentirse, de pies a cabeza y reflejando el alma en la otra.
Sin tocarse ni besarse, Sin mirarse ni saborearse, podían aún.. Podían aún, sin tocarse ni besarse, sin mirarse ni saborearse.
The Violet Rose,,
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